HISTORIOGRAFÍA
1. INTRODUCCIÓN
2. HERÓDOTO
2.1.
Vida
2.2.
Naturaleza y
génesis de su obra
2.3.
Ideología
2.4.
Método
historiográfico
2.5.
Lengua y
Estilo
3. TUCÍDIDES
3.1.
Vida
3.2.
Naturaleza y
génesis de su obra
3.3.
Ideología
3.4.
Método
historiográfico
3.5.
Lengua y
estilo
4.
JENOFONTE
1. INTRODUCCIÓN
La prosa nace en el s. VI a.C. en
Jonia como vehículo para expresar el pensamiento filosófico, científico y
geográfico-historiográfico. Este género se presenta como más modesto, humilde y
racional que la poesía.
En estos momentos Grecia carece de
identidad nacional: el ciudadano tiene conciencia de pertenecer a una
polis, pero sin sentimiento colectivo como nación; ésta surgirá de la
solidaridad de las diversas póleis para defenderse del enemigo común persa (Guerras Médicas). Descubrirán que son
más las cosas que les une que las que los separan: había nacido el concepto de Grecia como entidad supralocal:
la realización de una gesta colectiva es el factor decisivo que permite a los
griegos escribir las primeras páginas de su propia historia.
Las Historias de Heródoto inicia un nuevo
género literario en Grecia, la Historiografía. Es la primera obra extensa en prosa y la principal
fuente que expone sistemáticamente la época anterior a las Guerras Médicas y el
desarrollo de la confrontación bélica entre griegos y persas.
La aparición de la prosa escrita requiere la
existencia de una escritura relativamente extendida, de un público y materiales
escriptóricos, por lo que en Grecia su
aparición es tardía, tras el florecimiento poético. La inscripción más
antigua en prosa data del s.VI a.C. encontrada en Egipto y escrita por
mercenarios griegos.
Como antecedentes
de este nuevo género literario podemos citar:
· los roi, anales o
crónicas en los que se anotaban los acontecimientos más sobresalientes del año,
usados por los eruditos de los siglos V y IV a.C. para realizar crónicas más
elaboradas al combinarlos con las leyendas locales.
·
la novelística
popular, surgida en Jonia en el s.VI a.C. en boca de narradores
ambulantes del tipo de los rapsodas; novelas que aparecen en las historias de
Heródoto .
·
la epopeya, ya que
Heródoto se educó en medio de la tradición épica, y además la Ilíada contenía el mismo
tema que él utilizó en su Historia, la lucha de griegos y persas.
· la lírica y la tragedia, en menor
medida, influyeron en la interpretación religiosa del acontecer humano que da
Heródoto a su Historia.
· la logografía jonia es el precedente más directo ya
que constituye un movimiento científico de interés general, pues abarca tres
campos de actuación: filosófico, médico e historiográfico. Abarca una serie de
relatos (logoi) sobre ciudades o pueblos, compuestos por viajeros
griegos que recorrían Oriente y Occidente llevados por sus deseos de aprender e
investigar. Exponen los hechos deducidos de la propia observación o indagación.
2. HERÓDOTO.
2.1
VIDA
Heródoto
nació en Halicarnaso, , en la costa
sudoccidental de Asia Menor, hacia el 484 a .C. Halicarnaso estaba dominada en esa
época por una dinastía de tiranos al servicio del rey de Persia. Solo la
victoria de los griegos sobre los persas motivó a sus habitantes para rechazar
el dominio extranjero. El primer intento de derrocar a Ligdamis, tirano de la
ciudad, costó la vida al tío de Heródoto, por lo que su familia salió exiliada
hacia la isla de Samos, donde pasó diez años y tomó contacto con el espíritu
jonio. Tras la caída de Ligdamis regresó a su patria.
Los años
anteriores al 447 a .C.,
fecha en que llega a Atenas, los pasó en continuos
viajes por Babilonia, Cólquida, Siria, Macedonia, Libia, Cirene y Egipto,
siguiendo la tradición de los logógrafos jonios, con el objetivo de contemplar
e investigar. Su estancia en Atenas fue esencial para su formación como
historiador, pues vivió el despertar a la razón de la sofística. Pero más que
esta corriente filosófica influyó en el sentido histórico de su obra el pensamiento
tradicional y conservador de las tragedias de Esquilo y Sófocles.
En 443 a .C. participa en la fundación de Turios, colonia panhelénica en Italia
meridional. Su vinculación a esta colonia fue tan grande que se dejó llamar
“natural de Turios”. Su muerte debió ocurrir hacia el 425 a .C. en dicha colonia,
aunque algunas fuentes creen probable que se encontrara en Atenas al inicio de la Guerra del Peloponeso, y
tal vez le sorprendiera allí la muerte antes del regreso a Turios.
2.2
NATURALEZA Y GÉNESIS DE SU OBRA
Sus Historias
fueron divididas arbitrariamente por un gramático posterior en nueve libros,
con los nombres de las nueve musas. No son un todo homogéneo, sino un mosaico
de cosas yuxtapuestas: descripciones geográficas, novelística procedente de la
tradición oral, resultados de su investigación personal sobre los
acontecimientos, etc. Su propósito
inicial es contar la historia de Persia, siguiendo la sucesión de sus reyes
desde Ciro hasta Jerjes, y narrar al
mismo tiempo las características de los pueblos que se anexiona Persia
durante sus conquistas, hasta llegar a las Guerras Médicas, entre griegos y
persas, como punto final. Pero tras su estancia en Atenas y su conocimiento del
ambiente espiritual respirado en dicha ciudad, profundizó en el análisis de las
características de ambos mundos, griego y persa, y obtuvo como resultado la
idea de un pueblo griego que buscaba la libertad, organizado en poleis y reconociendo
los límites humanos frente a la omnipotencia divina, frente al pueblo persa
que, obcecado por la tiranía de sus gobernantes y deseo de poder, no logró
someterlo. Se plantean estas Guerras
Médicas como un conflicto entre Asia y Europa.
Los relatos
que ocupan la primera mitad de la obra, tras una digresión sobre las causas
míticas del conflicto, narran la expansión del imperio persa comenzando por la
conquista de Lidia por Ciro el Viejo y la de Babilonia, tras la cual muere
Ciro. En el libro II tenemos el reinado de Cambises donde se produce la
conquista de Egipto y las campañas contra los etíopes. A Cambises le sucede
Darío, y antes de sus campañas contra escitas, libios y tracios, el
sometimiento de las ciudades del Helesponto, y su asalto a Grecia continental
con derrota en Maratón, introduce Heródoto una reflexión sobre los regímenes
políticos (monarquía, democracia y oligarquía). Así se completan los seis
primeros libros. En el libro VII tenemos la muerte de Darío y la
ascensión de Jerjes al poder. A continuación unas consideraciones sobre ambos
pueblos, griego y persa, donde se exaltan los valores del primero frente al
segundo, que da paso a la batalla de las Termópilas. El libro VIII lo ocupan la
batalla de Artemisio, la toma de Atenas y el desastre naval de los persas en
Salamina. El noveno y último libro relata los sucesos hasta los combates de
Platea y Micala, donde vencen los griegos tomando la iniciativa.
2.3 IDEOLOGÍA
La
interpretación herodótea del acontecer histórico es pesimista, trágica. El hombre no
es dueño de su destino. Todo cuanto sucede está regulado y dominado por la
divinidad y el azar, fuerzas ocultas que no se pueden someter a la razón. De
todas formas no es dogmático y, al igual que en las tragedias de Esquilo y
Sófocles, se superponen dos componentes en el acontecer histórico, el divino, que le hace admitir sueños,
oráculos y consejos como señales de los sucesos dispuestos por la divinidad, y
el humano, por el que se
otorga al hombre la responsabilidad de las decisiones que determinan el curso
de la historia.
Según su
pensamiento el hombre no puede elevarse
por encima de los límites de poder y felicidad que tiene asignados, de ahí
que la historia de hombres, ciudades y naciones esté gobernada por la ley
del ciclo, según la cual nada permanece siempre en su sitio, sino que
cambia, desarrollándose y sucumbiendo. La
divinidad es la encargada de restablecer el orden cuando se pierde el
equilibrio, castigando, tanto por transgredir su voluntad, como por
pretender más poder del que se tiene a cada uno asignado.
El
hombre aprende con el sufrimiento las directrices que han de guiar su comportamiento
en la vida. Su experiencia debe servir de lección a los demás, así la derrota
del imperio persa es un aviso contra las ideas imperialistas de la democracia
radical ateniense.
Heródoto
fue contemporáneo de otros intelectuales entre los que destacan los sofistas,
pero los intentos de descubrir en su obra relaciones con determinados
representantes de esta tendencia no han dado resultados seguros. Él no es
contrario a la tradición, sino que más bien se pone de su parte, así en el
libro III de su Historia, Dario
pregunta a los griegos, que incineran a sus muertos, y a los habitantes de una
tribu hindú, que acostumbra devorarlos, a qué precio serian capaces de
practicar las costumbres de los otros, y ambos responden con enérgica repulsa.
2.4.
MÉTODO HISTORIOGRÁFICO
Utilizando en su obra la observación directa, lo
conocido por medio de otros, su opinión y la indagación, su método es crítico, pero mediatizado por las condiciones de una época
primitiva en sus conceptos religiosos y en su conocimiento del mundo. No
hace una crítica profunda sobre las fuentes orales y escritas, pero tampoco las
acepta ciegamente. Al dudar sobre la veracidad de algunos hechos,
demuestra escepticismo, y si bien no racionaliza en exceso los datos, tampoco
los acepta sin discusión.
Su mentalidad es sencilla y religiosa: en último
término es la voluntad divina la que decide (fatalismo) y es inútil luchar
contra el destino. Heródoto, resumiendo, se
mueve en un mundo entre el mito y la historia, y su mérito consiste en querer
introducir su capacidad de comprensión, su razón.
2.5.
LENGUA Y ESTILO
El dialecto
utilizado es el jonio, pero en él se
pueden encontrar formas épicas, dóricas y áticas que le confieren un colorido especial. El estilo es simple, sencillo, sin buscar artificios retóricos y
estilísticos. Usa construcciones coordinadas en sus periodos oracionales
y una sintaxis poco complicada, lo que le otorga la viveza propia de la lengua
hablada. Su vocabulario también es simple.
Papel importante lo desempeñan los discursos, donde resalta el comportamiento general de los
hombres, trascendiendo lo individual. El diálogo es característico de muchos
pasajes. Se acerca a la épica.
Pese a sus “imperfecciones” como historiador, debemos
recordarlo con palabras de Cicerón como
padre de la Historia.
3. TUCÍDIDES
3.1.
Tras las guerras médicas la polis se
consolida como unidad política. Se constituye
La alianza
no será duradera: se producen disensiones y desconfianza ante el poder y
supremacía atenienses, que alcanzan su cenit con Pericles. Grecia se ve
sumida en una guerra civil La guerra del Peloponeso (431
|
Los datos de la biografía de Tucídides son escasos. Solo
sabemos con exactitud lo que nos ha llegado a través de él mismo: que fue
elegido como estratego en
Aristócrata de nacimiento y
bien dotado económicamente recibió una educación acorde a su rango y
asimiló las enseñanzas de los movimientos filosóficos y retóricos de su
tiempo. No es un historiador casualmente ya que, por tradición familiar, estaba muy versado en la vida pública. Su
niñez y juventud coinciden con la época de mayor esplendor de Atenas.
Seguramente pasó la mayor parte de su exilio en sus posesiones auríferas de
Tracia, aunque también pudo realizar viajes por los escenarios de la guerra.
Murió hacia el
3.2. NATURALEZA Y GÉNESIS DE
Su Historia está dividida en
ocho libros, y su finalidad es contar
·
Libro
I.
Afirmación de la superior importancia de esta guerra respecto a las
anteriores. Recorrido por la historia primitiva de Grecia. Exposición de su
metodología histórica. Antecedentes de la guerra.
·
Libros
II, III, IV y V.
Guerra Arquidámica, que recibe el nombre del rey espartano Arquidamo.
Invasión del Ática por los espartanos en 431 hasta la paz de Nicias. Tregua y
reanudación de la guerra.
·
Libros
VI y VII.
Expedición a Sicilia de los atenienses. Desastre ateniense.
·
Libro
VIII.
Descripción de la segunda etapa de la guerra, hasta el 411, en que se
interrumpe, quizá porque al autor le sorprendió la muerte antes de terminar
la redacción final.
En los orígenes de esta obra, Tucídides cuenta con los logógrafos
jonios y Heródoto como precedentes en su quehacer histórico, pero las
diferencias con ellos son notables. En primer lugar era insólito escribir una
obra de historia contemporánea, pues sus antecesores narraron las glorias del
pasado. En cuanto a las fuentes, Tucídides afirma que describe los
acontecimientos vividos por él mismo o tras haber examinado con cuidado sus
informaciones.Por último, Tucídides
excluye lo divino del curso de los acontecimientos, pues el motor de la
historia no es la “envidia” de los dioses, sino la lógica interna de los
hechos de los hombres.
Dentro de los hechos presentes que
pretende narrar destacan los políticos y militares, pues excluye de su
narración toda manifestación sobre la vida intelectual y artística de Atenas.
La
“cuestión tucididea”
Bajo este nombre se recoge un largo
debate de la crítica filológica sobre la forma en que Tucídides compuso su
obra, destacando dos posturas:
1. Los analíticos admiten varios
momentos en la composición de la obra.
2. Los unitarios piensan que no le
dio forma definitiva hasta que hubo acabado, después del 404.
Actualmente se confirma que la obra
de este autor responde a un plan unitario, como conjunto estructurado, con
una intención de integrar de forma coherente las diversas partes de las que
consta. Habría sido redactada tal y como la conocemos, después del
3.3.
A diferencia de Heródoto, cuya
concepción de la historia es eminentemente religiosa, Tucídides explica los
hechos desde un punto de vista humano. Para él la fuerza motriz de la
historia es la inteligencia (gwmh), cuyas decisiones
están determinadas por cuestiones políticas, económicas y militares,
manteniéndose al margen de las normas religiosas. Junto a ella esta la fortuna
(tuch),
considerada no como potencia divina, sino como lo imprevisible que surge en
el acontecer histórico.
Tucídides considera elemento
constante del proceso histórico a la naturaleza humana. Se caracteriza
por su aspiración a la libertad. Estos deseos, elevados a un nivel general,
se manifiestan en el odio del pueblo sometido hacia su opresor; en la
ambición de poder; en la imposición de la ley del más fuerte sobre el débil,
para el que de nada sirven las apelaciones a la justicia, ya que por encima de
todo se imponen razones de conveniencia y utilidad; en la envidia del éxito,
etc.
La inteligencia, pues, rige los destinos
de los pueblos
y actúa por móviles no sometidos a la moral y la religión, pero eso no
implica que todas las decisiones humanas procedan de un razonamiento
equilibrado, sino que a veces actúan
el apasionamiento, la imprudencia o la precipitación.
El pensamiento del historiador coincide con el modo de actuación
política de Pericles, a quien considera idóneo para realizar la guerra,
mantener el imperio ateniense y buscar el bien de la ciudad. Este equilibrio
no fueron capaces de mantenerlo sus sucesores, a los cuales critica
violentamente, y tras su fracaso político y militar, Tucídides elogió el
nuevo régimen moderado que se estableció en Atenas en
Pero la crítica de Tucídides no solo se dirige contra la actuación
ateniense, sino que se extiende también a los excesos cometidos por los
espartanos. Y es que en este autor se constata aún la línea de la
antigua tradición, en la que se resaltaban los valores morales como el amor a la
patria, a la justicia, al bien común, etc. A pesar del egoísmo y la envidia
del ser humano se puede conseguir un mundo mejor.
Con
respecto a su relación con los sofistas decir que estuvo influido por ellos
en su aplicación de la crítica racional al análisis del mundo que le rodea.
Pretende hacer con su historia verdadera ciencia, algo que dure siempre y no
solo compuesto para deleitar los oídos de unos cuantos. Comparte con los
sofistas un escepticismo crítico en relación a aquel amor a la tradición y a
las creencias de Heródoto, que tanto difiere de la realidad, y que configuró
su pensamiento pragmático de la historia.
En suma,
es un historiador imparcial, racionalista, humano y serio.
3.4. EL MÉTODO HISTORIOGRÁFICO DE
TUCÍDIDES
Los discursos en su obra
Los objetivos que pretende al escribir
su obra son:
·
Buscar la verdad Para ello es importante la
observación directa de los hechos, el examen minucioso de la información, así
como la imparcialidad y la objetividad a la hora de analizarlos.
·
Aportar algo útil para quienes quieran
encontrar esa verdad
·
Perdurar, tener validez universal.
Tucídides cree que
El propósito de Tucídides de exponer la estricta verdad de lo que
ocurrió, hizo que los métodos
empleados en su investigación difieran de los utilizados por Heródoto.Tucídides
contó con la ventaja de relatar hechos contemporáneos y de poder manejar
mayor número de fuentes que Heródoto, pero incluso cuando se remonta al
pasado aplica una crítica racional que asegure la verdad de lo que afirma.
Este criterio de verosimilitud, basado en la idea de progreso económico y
militar de las ciudades, es el que le lleva a afirmar la superioridad del
presente sobre el pasado, y a considerar más importante la guerra del
Peloponeso que la legendaria guerra de Troya.
No le basta con narrar los hechos,
hay que explicarlos para poder comprenderlos y la mejor manera de hacerlo es
el método científico.Así (como Hipócrates) distinguirá entre causa (aitia) y pretexto (profasiV), motivo aparente. A su
vez distingue entre causas inmediatas y causas remotas.
Planifica los acontecimientos de acuerdo con un riguroso ordenamiento cronológico por años, dejando el sistema
tradicional basado en el nombre del funcionario epónimo de los contendientes.
Por otro lado, abundan los discursos puestos en boca de los
personajes que intervienen (estrategos, embajadores y políticos), los
cuales cumplen una doble función:
tratan de expresar la verdad política, es decir, los móviles que mueven a los
distintos personajes, y también sirven para la dramatización de su relato..
Su cometido se manifiesta sobre todo en aquellos que, siendo contrapuestos,
exponen las motivaciones de ambos contendientes, (antitéticos).
Ante la imposibilidad de haber sido
testigo presencial de todos ellos, él mismo nos dice en su obra “según a mí
me parecía que cada cual habría expuesto lo más apropiado en cada situación,
así los he narrado” (I,22).
3.5.
|
Formalmente su estilo
es conciso y directo, de gran
intensidad de ideas, lo que dificulta su comprensión y sobre todo su
traducción cuidada. Es el creador de la
prosa ática, el que la elevó a categoría literaria, pero en su lengua aún
quedan huellas de la influencia de la prosa jonia, especialmente de los
logógrafos y Heródoto. A causa de su largo destierro su prosa ática es un tanto
arcaica y algunos de sus rasgos son:
- abuso
de expresiones nominales
- frecuencia
de nombres abstractos
- substantivación
de participios, adjetivos e infinitivos
- acumulación
de participios, etc.
Se pueden observar diferencias
entre las partes narrativas, donde resalta la expresión simple, sencilla y
precisa, y aquellas otras,
especialmente los discursos, en las
que concentra su pensamiento político, donde el lenguaje es denso, con
expresiones oscuras difíciles de comprender.
En su narración contrastan los periodos largos, a veces seleccionados
por oraciones parentéticas, con otras frases inesperadamente cortas que, por su
densidad, contribuyen a dificultar la comprensión del texto.
Roma apreció su obra: Salustio y Tácito difícilmente pueden comprenderse
sin Tucídides, el primer historiador
político de Grecia y el primer historiador serio de Europa.