- Debes seleccionar un autor
- La calificación del comentario dependerá, además, del grado de aprovechamiento de las informaciones ofrecidas en los siguientes enlaces: Fábula, Sátira y Epigrama
- El comentario debe adaptarse al siguiente esquema:
- LOCALIZACIÓN DEL TEXTO
1.2. Género literario
Debes situar ahora el texto dentro de su género literario, con explicación argumentada.
2. ANÁLISIS DEL CONTENIDO
2.1. Resumen del argumento.
2.2. Asunto o tema.
2.3. Actitud del autor.
2.4. Finalidad o intención del texto.
3. ANÁLISIS DE LA FORMA
3.1. Estructura interna: Organización del contenido.
3.2. Estructura externa:
- prosa/ verso (tipo de verso)
- Valoración sintáctica ( abundancia de adjteivos / sustantivos / verbos..; predominio de coordinación o subordinación, etc.)
- Comentario de figuras literarias (metáforas, símiles, hipérpatos, personificaciones, exclamaciones, preguntas retóricas,hipérboles, perífrasis...)
4.1. Referencias a autores y/obras que están en la base del texto comentado (para la fábula, hacer además alusión a las diferencias de tratamineto entre Esopo y Fedro).
4.2. Comentarios sobre las influencias posteriores de los autores y obras comentadas, en la Literatura o Arte en general.
5. CONCLUSIÓN
5.1. Hacer un resumen destacando lo más relevante de lo comentado anteriormente.
5.2. Hacer una valoración personal del texto, meditada seriamente y argumentada.
TEXTOS
FEDRO
Lupus et Agnus (1,1)
Ad rivum eundem lupus et agnus venerant
siti compulsi; superior stabat lupus
longeque inferior agnus. Tunc fauce inproba
latro incitatus iurgii causam intulit.
«Cur», inquit, «turbulentam fecisti mihi
aquam bibenti?» Laniger contra timens:
«Qui possum, quaeso, facere quod quereris, lupe?
A te decurrit ad meos haustus liquor.»
Repulsus ille veritatis viribus:
«Ante hoc sex menses male», ait, «dixisti mihi.»
Respondit agnus: «Equidem natus non eram.»
«Pater hercle tuus», ille inquit, «male dixit mihi;»
atque ita correptum lacerat iniusta nece.
Haec propter illos scripta est homines fabula,
qui fictis causis innocentes opprimunt.
( Para hacer mal y daño nunca faltan pretextos
Un lobo y un cordero, acosados por la sed, habían llegado a un mismo arroyo; el lobo estaba agua arriba, y el cordero más abajo. Entonces el lobo robador, instigado de su insaciable voracidad urdió este pretexto de riña.
—¿Por qué –le dice– me enturbiaste el agua cuando yo estaba bebiendo?
A esto le dijo el corderillo temblando:
—¿Cómo, te ruego, oh lobo, puedo hacer yo eso de que te quejas?, desde ahí viene corriendo el agua a donde yo bebo.
Atajado el lobo con la evidencia de la verdad, salió diciendo:
—Seis meses ha que me trataste mal de palabra.
—Por cierto –respondió el cordero– que aún no era yo nacido.
—Pues sin duda –concluyó el lobo– fue tu padre el que me injurió.
Y así, habiéndole arrebatado, le despedazó con muerte injusta.
Esta fábula se escribió por aquellos hombres que con pretextos fingidos oprimen a los inocentes.)
Canis per fluvium carnem ferens (1, 4)
siti compulsi; superior stabat lupus
longeque inferior agnus. Tunc fauce inproba
latro incitatus iurgii causam intulit.
«Cur», inquit, «turbulentam fecisti mihi
aquam bibenti?» Laniger contra timens:
«Qui possum, quaeso, facere quod quereris, lupe?
A te decurrit ad meos haustus liquor.»
Repulsus ille veritatis viribus:
«Ante hoc sex menses male», ait, «dixisti mihi.»
Respondit agnus: «Equidem natus non eram.»
«Pater hercle tuus», ille inquit, «male dixit mihi;»
atque ita correptum lacerat iniusta nece.
Haec propter illos scripta est homines fabula,
qui fictis causis innocentes opprimunt.
( Para hacer mal y daño nunca faltan pretextos
Un lobo y un cordero, acosados por la sed, habían llegado a un mismo arroyo; el lobo estaba agua arriba, y el cordero más abajo. Entonces el lobo robador, instigado de su insaciable voracidad urdió este pretexto de riña.
—¿Por qué –le dice– me enturbiaste el agua cuando yo estaba bebiendo?
A esto le dijo el corderillo temblando:
—¿Cómo, te ruego, oh lobo, puedo hacer yo eso de que te quejas?, desde ahí viene corriendo el agua a donde yo bebo.
Atajado el lobo con la evidencia de la verdad, salió diciendo:
—Seis meses ha que me trataste mal de palabra.
—Por cierto –respondió el cordero– que aún no era yo nacido.
—Pues sin duda –concluyó el lobo– fue tu padre el que me injurió.
Y así, habiéndole arrebatado, le despedazó con muerte injusta.
Esta fábula se escribió por aquellos hombres que con pretextos fingidos oprimen a los inocentes.)
Canis per fluvium carnem ferens (1, 4)
Amittit
merito proprium, qui alienum adpetit.
Canis per flumen carnem cum ferret natans,
lympharum in speculo vidit simulacrum suum,
aliamque praedam ab alio cane ferri putans
eripere voluit; verum decepta aviditas
et, quem tenebat ore, dimisit cibum
nec quem petebat adeo potuit tangere.
(Quien todo lo quiere todo lo pierde.
Justamente pierde lo suyo el que codicia lo ajeno.
Un perro, llevando a nado por el río un pedazo de carne, vio su imagen en el espejo de las aguas, y pensando que era algún otro perro que llevaba otra presa, quiso quitársela. Pero, engañado de su codicia, soltó la presa que tenía en la boca, y no por eso pudo lograr la que apetecía.)
Canis per flumen carnem cum ferret natans,
lympharum in speculo vidit simulacrum suum,
aliamque praedam ab alio cane ferri putans
eripere voluit; verum decepta aviditas
et, quem tenebat ore, dimisit cibum
nec quem petebat adeo potuit tangere.
(Quien todo lo quiere todo lo pierde.
Justamente pierde lo suyo el que codicia lo ajeno.
Un perro, llevando a nado por el río un pedazo de carne, vio su imagen en el espejo de las aguas, y pensando que era algún otro perro que llevaba otra presa, quiso quitársela. Pero, engañado de su codicia, soltó la presa que tenía en la boca, y no por eso pudo lograr la que apetecía.)
Las ranas contra el sol FEDRO
Quiso casarse el sol allá
en tiempos antiguos; y tanto
se alborotaron las ranas
al saber la noticia,
que hubo de preguntarles
Júpiter el motivo
de tan inusitadas quejas.
Adelantándose en aquel
punto la más osada de entre
ellas, dijo:
«Al presente el sol es
uno solo, y con todo eso, abrasa y
deseca nuestras lagunas,
forzándonos a morir en estas
por todo extremo áridas moradas;
pregunto: ¿qué nos sucedería si llegare a tener hijos?»
El lobo y la cabra.
Encontró un lobo a una cabra
que pastaba a la orilla de un precipicio. El lobo y la cabra.
Como no podía llegar a donde estaba ella le dijo:
-- Oye amiga, mejor baja pues ahí te puedes caer. Además, mira este prado donde estoy yo, está bien verde y crecido.
Pero la cabra le dijo:
-- Bien sé que no me invitas a comer a mí, sino a tí mismo, siendo yo tu plato.
Conoce siempre a los malvados, para que no te atrapen con sus engaños.
κύων κρέας ἔχουσα ποταμὸν διέβαινε·
θεασαμένη δὲ τὴν ἑαυτῆς σκιὰν κατὰ τοῦ ὕδατος ὑπέλαβεν ἑτέραν κύνα εἶναι μεῖζον
κρέας ἔχουσαν. διόπερ ἀφεῖσα τὸ ἴδιον ὥρμησεν ὡς τὸ ἐκείνης ἀφαιρησομένη. συνέβη
δὲ αὐτῇ ἀμφοτέρων στερηθῆναι, τοῦ μὲν μὴ ἐφικομένῃ, διότι μηδὲν ἦν, τοῦ δέ, διότι
ὑπὸ τοῦ ποταμοῦ παρεσύρη.
πρὸς ἄνδρα πλεονέκτην ὁ λόγος εὔκαιρος.
Esopo, Fabulae 136.1
Λύκος θεασάμενος ἄρνα ἀπό τινος ποταμοῦ πίνοντα τοῦτον ἠβουλήθη μετ' εὐλόγου αἰτίας καταθοινήσασθαι. διόπερ στὰς ἀνωτέρω ᾐτιᾶτο αὐτὸν ὡς θολοῦντα τὸ ὕδωρ καὶ πίνειν αὐτὸν μὴ ἐῶντα. τοῦ δὲ λέγοντος, ὡς ἄκροις τοῖς χείλεσι πίνει καὶ ἄλλως οὐ δυνατὸν αὐτῷ ἑστῶτι κατωτέρω ἐπάνω ταράσσειν τὸ ὕδωρ, ὁ λύκος ἀποτυχὼν ταύτης τῆς αἰτίας ἔφη· ἀλλὰ πέρυσι τὸν πατέρα μου ἐλοιδόρησας. εἰπόντος δὲ ἐκείνου μηδέπω τότε γεγενῆσθαι ὁ λύκος ἔφη πρὸς αὐτόν· ἐὰν οὖν σὺ ἀπολογιῶν εὐπορῇς, ἐγώ σε οὐ κατέδομαι.
Ὁ λόγος
δηλοῖ, ὅτι οἷς ἡ πρόθεσίς ἐστιν ἀδικεῖν, παρ’ αὐτοῖς οὐδὲ δικαία ἀπολογία ἰσχύει.
Esopo, Fabulae 160I
MARCIAL
Gloria
del poeta
Aquí
está aquél a quien lees, a quien buscas, el Marcial conocido en el mundo
entero por sus agudos libritos de
epigramas; a quien tú, lector aplicado, le has dado en vida y en plena lucidez,
la gloria que raros poetas tienen después de incinerados.
Libro III. Epigrama 61
Cualquier cosa que me pides, Cina pesado, dices que no es nada:
sino me pides nada, Cina, nada te niego, Cina.
Libro X. Epigrama 15
Aseguras que a ninguno de mis amigos tú le vas a la zaga,
pero para que eso sea verdad, ¿qué haces?, dímelo, Crispo.
Cuando te pedí prestados cinco mil sestercios, no quisiste,
a pesar de que tus dineros en un cofre bien pesado no cabían.
¿Cuándo me has dejado un cuartillo de habas o de trigo,
mientras aran las vegas del Nilo tus aparceros?
¿Cuándo me mandaste un manto corto en el invierno frío?
¿Cuándo me ha llegado media libra de plata por tu parte?
No veo otra razón para tenerte como amigo que el que
delante de mí, Crispo, sin parar te tires pedos.
Libro IV. Epigrama 4
Al fango de charcas resecas,
al vaho de aguas podridas,
al aire estancado de aljibe,
al tufo de un macho cabrío
que monta cansino a su cabra,
a bota de un viejo soldado,
a tela retinta de púrpura,
a boca de hebrea en ayunas,
al aliento amargo de los condenados,
al candil gastado de una puta vieja,
a zurrapas secas de lagar inmundo,
a cubil de víbora, a rastro de zorra
preriría yo oler, amiga,
antes de oler a lo que hueles.
Libro I. Epigrama 64
Eres guapa (lo sé) y joven (es verdad)
y rica (¿quién puede negarlo?).
Pero cuando te elogias, Fabula, en demasía,
ya no eres rica ni guapa ni joven.
Cualquier cosa que me pides, Cina pesado, dices que no es nada:
sino me pides nada, Cina, nada te niego, Cina.
Libro X. Epigrama 15
Aseguras que a ninguno de mis amigos tú le vas a la zaga,
pero para que eso sea verdad, ¿qué haces?, dímelo, Crispo.
Cuando te pedí prestados cinco mil sestercios, no quisiste,
a pesar de que tus dineros en un cofre bien pesado no cabían.
¿Cuándo me has dejado un cuartillo de habas o de trigo,
mientras aran las vegas del Nilo tus aparceros?
¿Cuándo me mandaste un manto corto en el invierno frío?
¿Cuándo me ha llegado media libra de plata por tu parte?
No veo otra razón para tenerte como amigo que el que
delante de mí, Crispo, sin parar te tires pedos.
Libro IV. Epigrama 4
Al fango de charcas resecas,
al vaho de aguas podridas,
al aire estancado de aljibe,
al tufo de un macho cabrío
que monta cansino a su cabra,
a bota de un viejo soldado,
a tela retinta de púrpura,
a boca de hebrea en ayunas,
al aliento amargo de los condenados,
al candil gastado de una puta vieja,
a zurrapas secas de lagar inmundo,
a cubil de víbora, a rastro de zorra
preriría yo oler, amiga,
antes de oler a lo que hueles.
Libro I. Epigrama 64
Eres guapa (lo sé) y joven (es verdad)
y rica (¿quién puede negarlo?).
Pero cuando te elogias, Fabula, en demasía,
ya no eres rica ni guapa ni joven.
Epigrama XXXV
Te lamentas, Cornelio, de que escribo unos versos poco serios y que no
puede
comentar el maestro en la escuela. Pero estos libritos, como los maridos a sus
mujeres, no pueden deleitar si están capados. ¿Qué, si me mandas que entone un
epitalamio sin las palabras del epitalamio? ¿Quién pone vestidos a los juegos
Florales o permite a las meretrices el pudor de la estola? Tal es la norma que se les ha dado a los
versos jocosos: que no pueden agradar si no son picantes. Por ello, abandonada
tu severidad, te ruego que tengas consideración con mis retozos y juegos y no
te empeñes en castrar mis libritos. No hay cosa más torpe que un Príapo capón.
Epigrama LXI: Ciudades madres de Poetas
A
Verona le gustan los versos de su docto poeta; Mantua se siente feliz con
Marón,
la tierra de Apono con su Livio, con Estela y no menos con Flaco. El Nilo, rebosante
de lluvias, aplaude a su Apolodoro; los pelignos suenan por Nasón y la elocuente
Córdoba habla de los dos Sénecas y del único Lucano; la jocosa Cádiz se goza
con su Canio; Mérida, con mi querido Deciano; nuestra Bílbilis se gloriará contigo,
Liciniano, y no callará mi nombre.
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